La llegada del proyecto VeriFactu y la legislación antifraude supone un reto directo para todos los desarrolladores y fabricantes de software de facturación en España. Según el Real Decreto 1007/2023 y las órdenes técnicas que lo desarrollan, los programas comerciales de facturación deben adaptarse para cumplir requisitos de trazabilidad, integridad y conservación de los registros.​

 

Es obligatorio que todo Sistema Informático de Facturación (SIF) garantice la generación de datos inalterables, la huella digital (hash), la firma electrónica y la capacidad de exportar registros en formatos oficiales (XML, FacturaE, UBL, etc.). Además, el SIF debe estar certificado conforme a las especificaciones publicadas por la Agencia Tributaria, y los fabricantes deben presentar una declaración responsable sobre la conformidad del producto. Si la empresa o cliente decide activar la “opción VeriFactu”, el software debe permitir la remisión automática de facturas a la AEAT, generando el QR y la leyenda exigida, pero esto no es obligatorio, sólo voluntario y bajo control del usuario.​

 

Este marco legal se extiende no sólo a los programas de facturación clásica, sino también a cualquier solución de gestión contable o fiscal que incluya la generación y gestión directa de facturas. Si la herramienta se limita a operaciones internas de contabilidad, no está sometida a la adaptación total, pero la recomendación es garantizar las mismas medidas de seguridad y exportación por si surge la obligación futura.

 

Los fabricantes disponen de nueve meses desde la publicación definitiva de la orden técnica para certificar sus productos, adaptar el código y comunicar a los usuarios las obligaciones. La falta de adaptación puede suponer sanciones y la pérdida de validez para las facturas emitidas por el programa, lo que afectaría tanto a fabricantes como a usuarios finales.

 

Consejos prácticos para fabricantes y desarrolladores:

  1. Lee atentamente cada especificación técnica publicada por Hacienda; consulta si tu producto necesita incorporar todas las funciones de VeriFactu aunque permanezcan inactivas por defecto.​​
  2. Forma y comunica a tus clientes los cambios legislativos y los plazos para la adaptación.
  3. Procura que tu software permita exportar y conservar registros para inspección, incluso si no usas la modalidad VeriFactu.

 

Conclusión:

La nueva regulación exige un salto de calidad en los sistemas informáticos de facturación, sea cual sea su uso final. Adaptar el software cuanto antes es clave para no perder mercado y asegurar el cumplimiento legal de autónomos y empresas, asegurando siempre la opción de remisión VeriFactu como valor añadido y prevención ante controles fiscales futuros.

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